jueves, 15 de diciembre de 2011

ÉTICA Y CIENTÍFICAMENTE, DESPENALIZAR EL ABORTO ES UN DESACIERTO -

RESUMEN
Se analiza el texto enviado por la Academia Nacional de Medicina a la Corte Constitucional, donde apoya varias demandas, en las que
se solicita la despenalización del aborto directamente procurado en ciertos casos. Con base en los hallazgos de investigaciones recientes,
se deduce que no se entiende cuál puede ser el “Previo y riguroso análisis ético-médico” que llevó a la Academia Nacional de
Medicina a recomendar a la Corte Constitucional que no respete el derecho a la vida de cada individuo humano, en este caso los que
viven sus etapas de crecimiento y desarrollo intratubáricos e intrauterinos. Se muestra que la despenalización del aborto es un factor
que ayuda a incrementar la morbimortalidad materna y perinatal, y poniendo como ejemplo a Polonia, se ilustra que, en el caso de
la despenalización del aborto, no necesariamente el auge de la política internacional obedece a la pertinencia de la misma. Además,
se exponen algunas medidas médicas y educativas que sí son eficaces para disminuir el aborto.
Se concluye que el informe de la ONU sobre mortalidad materna en el mundo (2005) enriquece las pruebas de que sus comités de
monitoreo de algunos tratados internacionales, como el Comité de la CEDAW y el Comité de Derechos Humanos, que venían recomendando
la despenalización del aborto a nuestros países latinoamericanos y en otras partes del mundo, ya no deben afirmar que
exista el supuesto “derecho al aborto”, y menos que este deba ser garantizado por las leyes nacionales e internacionales por supuestos
motivos de salud pública, sino que deben pasar pronto de la promoción del aborto, a su prevención eficaz.

CONCLUSIONES
1. La Academia Nacional de Medicina no tuvo en cuenta el respeto del derecho a la vida de los individuos humanos en su etapa de desarrollo embrionario y fetal, contradiciendo un “riguroso análisis ético-médico”: protege supuestamente una vida humana (ya se comprobó que en realidad la desprotege) y atenta contra otra.
2. El aborto es una práctica contraria al fin de la medicina, que es procurar lo saludable y lo rehabilitador para cada individuo humano, acogerlo y acompañarlo respetando las diferencias biológicas y al enfermo débil, en todas las etapas de su ciclo vital y en todas las circunstancias de su existencia, sin discriminación alguna y sin ceder a las presiones de terceros.
3. La Academia afirma: Previo y riguroso análisis ético-médico, son tres las circunstancias que justifican dicho proceder: a) cuando el embarazo, perse, pone en riesgo evidente la vida de la madre o cuando se asocia a patologías preexistentes, cuyo agravamiento se constituye en una amenaza mortal;
b) cuando se diagnostican con certeza malformaciones embrionarias o fetales que riñen con la supervivencia extrauterina, y
c) cuando el embarazo es producto de violación o procedimientos violentos, incluyendo prácticas de fertilización asistida
no consentidas.
No se entiende cuál puede ser el “Previo y riguroso análisis ético-médico” que lleve a no respetar el derecho a la vida de  cada individuo humano. Para los casos a) y b), con el principio del voluntario indirecto, el médico no necesita ni tiene derecho a atentar directamente contra la vida de ningún individuo humano. En caso de violación, la sociedad y la medicina tienen recursos suficientes para ayudar a los tres, sin necesidad de condenar a muerte a la víctima más indefensa, ni añadir al trauma de la violación otro que no lo remedia y que, como queda comprobado, es peor: el del aborto.
4. La Academia dice: “Las circunstancias a que se hace mención han sido tenidas en cuenta en las legislaciones de un número grande de países, con el respectivo aval de sus organizaciones sanitarias”. Sin embargo, teniendo en cuenta no solo esas legislaciones, sino también los efectos de las mismas, y su contraste con los efectos positivos de las legislaciones que prohíben el aborto, para la morbimortalidad de la mujer y de sus hijos, se concluye que no se hallan argumentos científicos para afirmar que con la despenalización del aborto se logre una disminución de la morbimortalidad materna. En cambio, sí los hay para demostrar que al despenalizar el aborto aumenta la morbimortalidad.
5. Con base en la primera función esencial de salud pública, que busca seguir, evaluar y analizar la situación de salud, se puede concluir que la evidencia proveniente de países donde el aborto se ha legalizado permite observar que no  necesariamente el auge de la política internacional obedece a la pertinencia de la misma. Al contrario, se ve que en
el péndulo de las políticas públicas hay países que ya vienen de regreso, tras haber cometido el desacierto de legalizar el aborto. En ese sentido, valdría la pena resaltar el acierto que como nación se ha tenido al sostenerse en una política “impopular”, cuando es evidente que el péndulo, en términos de las políticas públicas en salud internacionales, puede moverse de nuevo en este sentido, como ha sido el caso de Polonia.
6. De la morbimortalidad materna que es efecto del aborto, estudiada por múltiples grupos científicos, se deduce que deben ponerse todos los medios lícitos para evitar el aborto.
7. Desde la medicina basada en la evidencia, no hay suficientes datos para demostrar que el aborto sea un problema de salud pública en Colombia. Por el contrario, teniendo en cuenta las tendencias en los países que lo han despenalizado, se puede concluir que despenalizar el aborto genera un problema de salud pública, al incrementar la morbimortalidad  materna y la mortalidad prenatal. Esto contrasta con lo que la Academia Nacional de Medicina dice: “Para la Academia Nacional de Medicina no queda duda de que el aborto inducido es un grave problema de salud pública, toda vez que es una de las causas relevantes de la morbimortalidad materna en el país”.
8. Del informe “World Mortality Report: 2005”, de Naciones Unidas, se deduce que, desde la perspectiva de la salud pública, lo más acertado para evitar el aborto en un país es mantenerlo penalizado, junto con otras medidas, como la educación a toda la población en el respeto incondicional a todo individuo humano, y capacitar mejor al personal de salud para que preste una atención realmente calificadadurante el embarazo, el parto y el puerperio (gráfica 13).
9. Desde el punto de vista educativo, para promover mayor rigor científico en el abordaje de los problemas de salud, el Gobierno Nacional debería delegar, con recursos proporcionados, la investigación sobre aborto y otros temas relacionados con el respeto incondicional al derecho fundamental a la vida que tiene cada individuo de la especie humana –en este respeto se fundamenta la medicina–, para que sean las universidades las que, con sus investigaciones científicas conjuntas, faciliten datos realmente basados en la evidencia. Las universidades son propiamente centros de investigación y difusión del conocimiento.
10. Con los estudios de la ONU se concluye que la solución al aborto no es despenalizarlo, sino mejorar la atención a la gestante y a sus hijos.
11. Con los recientes hallazgos de la ONU, sus comités de monitoreo de algunos tratados internacionales, como el Comité de la CEDAW y el Comité de Derechos Humanos, que venían recomendando la despenalización del aborto a nuestros países latinoamericanos y en otras partes del mundo, ya no deben afirmar que exista el supuesto “derecho al aborto”, y menos que este deba ser garantizado por las leyes nacionales e internacionales por supuestos motivos de salud pública.
Si les interesa tener en cuenta los hallazgos de la medicina basada en la evidencia, tendrán que recomendar a los países que se sancione la práctica del aborto, para evitar la morbimortalidad materna por esta causa. De este modo, por fin,  pondrán los medios para evitar la muerte de individuos de la especie humana en su etapa de desarrollo embrionaria y    fetal.
12. La Academia afirma: “Además de las anteriores consideraciones, y como corolario de ellas, la Academia Nacional de  Medicina llama la atención sobre la necesidad y conveniencia de adelantar acciones educativas y de servicios estatales,  prontas y efectivas, encaminadas a prevenir los embarazos indeseados, como también la práctica del ‘aborto inseguro’”.  Vale la pena resaltar la diferencia entre prevenir embarazos no deseados, y promover el aborto con ocasión de los  embarazos que ya no son previsibles, porque son reales. Como todo aborto es inseguro, prevenir el aborto inseguro implica prevenir todo aborto.


Autores:
Francisco Lamus*, Nubia Posada**, María H. Restrepo**, Pablo Arango**, Gilberto Gamboa**,
Fernando E. Jacome***, Eduardo Borda£, Camilo Osorio££

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